miércoles, 26 de julio de 2017

DÍA DE FIESTA

Nuestro penúltimo miércoles en Consuelo y cada día más ilusionadas.

El día de hoy no pudo empezar de mejor manera: además de poder levantarnos un poco mas tarde de lo normal, pues hoy era fiesta en todo Consuelo, Madre Lucita, Madre Dolores y Madre Irmar nos sorprendieron con un desayuno bien rico y especial: arepas venezolanas. 



Tras este festín matutino, cogimos la camioneta y nos dirigimos al Santuario de Santa Ana. Hoy la misa fue oficiada por el administrador apostólico monseñor Felipe. Sus palabras calaron en nuestros corazones, pues nos hizo pensar en la importancia que tienen los padres en la transmisión de los valores evangélicos.



Finalizada la misa, fuimos a la escuela con el tío Julito a recoger las listas de los apadrinados para poder organizar durante la tarde el material de todos ellos. A continuación, hicimos un pequeño tour (pasado por agua) por varios de los liceos (institutos de secundaria y ciclos formativos) de los que nuestros becados proceden (Astín Jacobo y Politécnico). Además, tuvimos el placer de visitar también la Escuela Carmen Sallés de Consuelo, que sin ser administrada por las concepcionistas, lleva el nombre de la fundadora de la congregación gracias a la directora actual, que fue Antigua profesora de la escuela Antonio Paredes Mena en la que realizamos nuestra misión de verano.








Después de una intensa mañana, regresamos a casa para recargar las pilas, pues nos esperaba una buena tarde de trabajo. En lugar de ir al batey, nos quedamos organizando las mochilas y el material de los alumnos becados. Gracias a un buen trabajo en equipo y una mejor organización por parte de Ana Rosa y tío Julito conseguimos colocarlo todo y terminar a tiempo, teniendo incluso: ¡un rato para descansar!. Tras este breve descanso, tuvimos un bonito rato de oración preparado por Madre Irmar, quien nos regalo varias tarjetas con frases de Madre Carmen Sallés, para que pudiéramos ahondar en su ideario.






Tras un día tan intenso, la noche no podía ser menos. Recibimos la visita de nuestros hermanos en la misión de Haití, a quienes recibimos con una cálida bienvenida. Junto con ellos, dimos una gran sorpresa a Ana Rosa con motivo de su santo, disfrutamos todos juntos de una maravillosa cena española, donde no faltaron nuestros ibéricos, la famosa cerveza Presidente dominicana y música caribeña y española, que nos hizo pasar un rato muy agradable. El momento más intenso llegó con la despedida de nuestros invitados, ya que el viernes parten a Estados Unidos.








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