¿Día tranquilo en Consuelo? Eso aquí no existe. Cada día, por
mucho que sigamos una rutina, algo nuevo pasa.
Comenzamos el día especial, rememorando el aniversario de la
muerte de la fundadora de esta Congregación de Concepcionistas, Carmen Sallés.
Irmar, para ello, decoró la capilla y Ana Rosa preparó una oración preciosa con la que pudimos profundizar y
conocer un poco más la gran labor que hizo durante toda su vida esta mujer. A las
que no somos ex alumnas ni profes Concepcionistas, nos llegó tanto que, podemos
afirmar ya, nos sentimos parte de esta gran familia.
Más tarde, nos dirigimos rumbo al colegio donde disfrutamos
y pasamos un rato agradable dando, una vez más, el máximo de nosotras ya que
nos queda menos de la mitad para acabar esta gran aventura. Mientras dábamos
clase, Ana Rosa se encargó de organizar y dirigir una reunión dedicada a los
futuros alumnos becados de este nuevo curso.
Aparte de esto, tuvimos la gran suerte de contar con la sorpresa de una de nuestras invitadas estrella, Sujey, quien
vino al colegio a descargar todos los materiales que próximamente daremos a los
alumnos becados (ya os contaremos más adelante).
Como novedad, dentro de los talleres de esta semana, creemos
que es interesante mencionar el de salud, donde la profe Enci, dedicó su tiempo
a enseñarles a los niños a curar heridas. Fue muy divertido ver la emoción de
los niños al salir de clase cada uno con su tirita pegada por todo el cuerpo
orgullosos de la cura que cada uno había hecho.
Las semanas van pasando y se nota el cansancio acumulado
pero, como Madre Carmen decía, "Adelante, siempre adelante" y por eso, a pesar
del agotamiento, sacamos nuestras fuerzas de donde sea para proseguir la tarde
intentando dar lo mejor de nosotras. Tras comer unas buenas albondigas caseras
(algo que nos recuerda a casa) y como no, un poco de nuestro café dominicano
favorito, marchamos a los bateyes, pasando antes por el colegio para dejar
alguna que otra cosa. Cada vez hay mas niños cuando llegamos y eso es buena señal
porque creemos que es porque se lo pasan bien, disfrutan y están contentos y con ganas de aprender, que es lo más importante de todo.
Antes de volver a casa
y, como ayer mencionamos, dejamos a algunos alumnos que viven en un batey más alejado. Queremos
dejaros algunas fotos para que veáis en las condiciones en las que viven; impresiona mucho.
Cargadas de más mangos, flores y aguacates nos volvimos a
casa para descansar un poco antes de ir a misa a Santa Ana, ya que es el día de
la patrona de aquí. Hoy el grupo invitado a la novena era el de nuestra parroquia y teníamos que ir todos vestidos de azul, como símbolo de unión y grupo, detalle que nos vino muy bien ya que este color
es símbolo de las Concepcionistas, por lo que pudimos festejar dos
celebraciones en una.
Hola a todas,
ResponderEliminarRespondo sobre la entrada de Lucía del pasado martes, pero en realidad podria contestar sobre cualquiera, porque en esta casa se leen vuestras aportaciones al blog todos los días con mucho interés y expectación. Así, también lo hemos hecho circular entre familia y amigos. Todo el mundo mira con alegría y admiracion lo que hacéis por esas tierras dominicanas (hoy estáis en Haití).
La primera sensación que me da cuando leo cualquiera de vuestras trepidantes crónicas es....feliz agotamiento. Cuando leo, os acompaño en las clases, los recreos, las comidas con sus brevisimos descansos, las tardes en los bateyes y la ansiada llegada al hogar donde os esperan las de siempre, dispuestas a recompensar el esfuerzo del día.
Yo también llego agotado y feliz al final de cada entrada. Y me voy a la cama satisfecho y con buenos pensamientos (siempre las leo antes de acostarme).
Gracias por darnos a conocer a esos personajes que os acompañan y que hacen su trabajo en la sombra....son héroes, son trabajadores de Dios, anónimos, pero grandes a los ojos del Padre. Son discípulos como a El le gustan: callados pero entregados y con un compromiso para el prójimo "sólido como una roca".
Vosotras estáis en ese camino.
Yo siempre he admirado el trabajo de los misioneros. Cuando merendaba en casa de mi abuela, ella me contaba la vida de muchos de ellos que conocía en Ruanda, La India...el mundo es mejor y más bonito con ellos. Es más justo. Es más parecido al mundo que quiere nuestro Padre para nosotros.
No se qué pasará cuando volvais a casa, pero esta experiencia va a dejar una huella indeleble en vosotras. Estéis donde estéis, el espíritu misionero ha prendido ya en vosotras y os acompañará siempre. Ojalá podais devolver algún día a "Siempre Adelante" el regalo que os ha dado: Misión, Amistad, Evangelización, Compromiso.
Padres y madres estamos deseando abrazaros, pero somos muy felices de saber que estáis allí.
Buena suerte, buena Misión.
Besos a todas.