lunes, 31 de julio de 2017

ALMA MISIONERA

Último lunes de clase…Tras un cansado viaje a Haití, hemos de sacar fuerzas de donde podamos para comenzar esta última semana. Tenemos ganas de entregarnos por completo.

Como ya va llegando el fin, por nuestras mentes se van acercando todo tipo de reflexiones, siendo una de ellas lo que hemos aprendido y quizás nos haya llamado más la atención de esta aventura que estamos viviendo.
El haber conocido las distintas realidades (Consuelo, bateyes y Haití) nos ha dado una visión de la situación en la que vive la gente. Y aunque habéis seguido nuestro día a día, a lo mejor nos ha faltado explicaros un poco más en profundidad sobre las historias que hay detrás de cada uno de estos niños.

Empecemos por Consuelo. Un barrio de República en el que se nota la influencia, entre otros, del juego y la bebida. Hemos descubierto que la cultura dominicana es muy distinta a la española. En general, no se encuentra esa estabilidad en la familia a la que estamos acostumbrados. Hay muchos cruces de relaciones. Prueba entre otras, es el hecho de que en el liceo existe un peto para que las jóvenes embarazadas puedan asistir a clase bien uniformadas.
Los alumnos que vienen a la escuela Antonio Paredes Mena son niños que viven estas situaciones familiares inestables, muchos de ellos faltos de cariño y acostumbrados a otra doctrina en la escuela. La diferencia de nivel entre niños de una misma clase es bastante notoria.
Una de las cosas que más nos llamó la atención es la realidad familiar que hay detrás (a veces tan pobre) de la imagen que dan y que percibimos de los niños.

¿En cuanto al futuro de estos niños? Podemos ver el caso de Wilner. La Fundación les da esa oportunidad de, como él mismo nos dijo, “Un oasis en el desierto” o la de “Mover una estrella de un lugar a otro”.
Pero, es cierto que tiene que haber una predisposición en ellos de querer estudiar y seguir adelante. Y la verdad que ver ejemplos de becados que ya lo han conseguido antes debe ser muy esperanzador. Sabemos que hay muchas estrellas escondidas con un futuro cohibido por sus circunstancias…


La siguiente experiencia es la del Batey La Plaza. Allí algunos de ellos van sin comer, muchos intentan llevarse la merienda a casa, en su mayoría por necesidades familiares, aunque nunca sabremos la razón exacta, a pesar de que ellos saben que tienen la obligación de tomársela dentro del aula, muchas veces no siendo fácil para nosotras, porque… ¿Quién podría negarles algo sabiendo la necesidad que pasan?
Para nosotras, lo fundamental es darles todo nuestro cariño y darles protagonismo para que se sientan importantes. El simple hecho de decirles que han hecho algo bien se les ve reflejado en su cara con una dulce sonrisa.


Y por último, aunque no hayamos vivido la experiencia de Haití mucho tiempo, queremos mencionarla otra vez, ya que, aunque ha sido bien descrita en el blog del sábado, queremos compararla con las otras realidades.
Haití es el país más pobre del hemisferio oeste, y es perceptible ya al cruzar la frontera. Las Concepcionistas entraron en el pueblo que visitamos en 2013, un colegio de Fe y Alegría donde han estado las religiosas en cabeza de la dirección, luchando día a día para que los niños del pueblo tengan un comedor que cumpla unos requisitos de limpieza, unos baños higiénicos, y esperemos que, en un futuro cercano, un patio donde puedan correr sin tener que llenarse los zapatos de lodo.

Con todos estos proyectos se busca acercar culturas a través del alma misionera de las religiosas de la congregación.



P.D. Os dejamos unas fotos del día de hoy, destacando que han empezado las fiestas patronales de la misa del Santo Cura de Ars.












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