domingo, 16 de julio de 2017

TRAVESIAS

Para rematar este finde inmejorable, el día de hoy ha sido un regalo lleno de vivencias y momentos, como los que nos suelen acontecer, bastante surrealistas y divertidos...
Comenzábamos el día muy temprano, en "la casa de las monjas", así conocida por todo Sabana de la Mar. Para agradecer y pedir por todo lo que vivimos, nos dirigimos a escuchar misa a la iglesia Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, donde, como ya se está haciendo costumbre, nos dieron la bienvenida con un caluroso aplauso.




Todavía considerándose primera hora de la mañana, con el sol pegando bien fuerte, y acompañadas por Madre Augusta, atravesamos la Bahía de Samaná, donde son comunes las ballenas jorobadas, aunque no en esta época del año. Más de hora y media de travesía en un barco que no nos inspiraba especial estabilidad, pero que nos sirvió para coger colorcito, llegamos a la playa del puerto donde disfrutamos de un gustoso baño en las cálidas aguas caribeñas. Con buen apetito, de ese que provoca el sol y el mar, nos saciamos en un restaurante cerca del puerto y poníamos fin a nuestra buena mañana de playa.








Pero es que sin duda lo nuestro son las travesías... porque a la vuelta en el barco, la lluvia nos acompañó, pero sin poner reparo en ésta, las siete estábamos cogiendo sitio en el piso alto y descubierto del barco, así que cada una se tuvo que apañar como pudo para intentar librarse lo más posible de mojarse... vuelvo a repetir que cada una a su manera...




Llegamos a la costa sanas y salvas, y después de despedirnos de las madres que tan bien nos han acogido este fin de semana, gracias a sus contactos en el pueblo, una "guagua" vino a recogernos a la puerta, viviendo el pasaje hasta Consuelo en su plena esencia. Dos horas de viaje hasta volver a nuestras casa, las siete distribuidas por todo el autobús donde, cuando parecía que no cabía ni un alfiler más, se seguían subiendo más y más pasajeros, haciéndoles hueco en los sitios más insospechados. Algunas de nosotras incluso hicimos de DJ’s acompañando al conductor en primera fila, y otras haciendo de contadoras de dinero, desde luego nunca lo hubiéramos imaginado...




En la casa de Consuelo nos esperaba Lucita y la cena de ibéricos de los domingos, para dar fin a un finde en el que hemos recargado las pilas más que de sobra para la semana que comienza.





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