domingo, 9 de julio de 2017

Los nervios de primera hora se apoderan de nosotras, estamos expectantes con la llegada de nuestros alumnos pero la ilusión vence al miedo. Comienzan a llegar desde los más pequeños hasta los más mayores; esa sensación de abrir la puerta y comenzar a entrar los niños buscando el contacto y afecto calman nuestros nervios, educados con respeto van ocupando sus asientos; lo que parecía una toma de contacto nos deja entre ver las ansias de aprender que tienen. El día acaba entre risas y juegos los miedos se olvidan y se cierran las clases hasta el lunes donde todos vendremos con las pilas cargadas:
El fin de semana recorremos el poblado vamos conociendo la realidad, los niños nos gritan "chinas" que nos hace mucha gracia, se acercan a nosotras para jugar, saludarnos y mirarnos sus risas y juegos nos hacen pasar el nudo en la garganta al visitar a las personas mayores, mas desatendidas con los dolores y enfermedades propias de la edad, visitamos a Epifanio muy querido por su ayuda durante años a la comunidad y María a la que llevamos un colchón ya que duerme entre palos, con las gallinas revoloteando y con el olor a humo tan característico de las cocinas de aquí, cocina en la que ya no se cocina y que depende de la ayuda de las hermanas y la visita de algún familiar; se me cae el alma a los pies; pero ella orgullosa nos dice que cuidara el colchón para presumir de él.
La semana termina con una sensación extraña hemos visitado Basílica a estreno con pasos de Semana Santa, hospitales de Primer Mundo sin pacientes, Universidades sin alumnos ya que la educación no es accesible para la gran mayoría de la población; campos de golf y hoteles de gran lujo; es un país de contrastes, surrealismo y casas que no hay manera de comprender...Ojalá todo en un futuro pueda ser utilizado por los ecuatoguineanos algún día, de vuelta a casa viendo la selva tropical sigo pensando que prefiero la Guinea humilde de olor a lumbre, casas humildes y llenas de niños.
Mañana comenzara una nueva semana con nuevos retos.





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