Abrir los ojos
cada mañana y contemplar la selva nos habla de Vida. Como cada día, a las 7 de
la mañana celebramos la Eucaristía y el rezo de laudes en la parroquia que está
al lado de la comunidad. Nos ayuda a hacernos conscientes, un día más, de que
somos enviadas a continuar la misión de Jesús en estas tierras africanas.
A las 8 de la
mañana ya hay niños esperando a la puerta del cole para comenzar las clases a
las 9 h. ¡Cuántas ganas de aprender! Son super agradecidos y receptivos a todo
lo que se les ofrece.
Después de comer
y descansar un poco, nos acercamos con Paula y Emilie al poblado de Okuama. El
catequista ya les había dicho que iríamos, pero de nuevo nos sorprendía ver
cómo los niños corrían hacia nosotras: sus sonrisas, sus saludos y esos ojos
llenos de vida…
Organizamos dos
grupos según la edad de los niños y jóvenes. La zapatilla por detrás, la cuba,
la gallinita ciega, el cementerio, 1, 2, 3, pollito inglés, fútbol, el arcoíris…
¡Cuánto nos reímos y qué bien nos lo pasamos viéndolos felices y disfrutando!
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